El cambio climatico, el negocio del futuro

Hay quien todavía duda de la existencia del fenómeno del cambio climático, pero yo soy de los que defienden que es una realidad, si no, preguntárselo a Uruguay, quien recientemente ha adquirido un seguro climático para el país.

En diversos medios de prensa, han advertido de los planes de aprovecharse de la escasez de alimentos (Monsanto) y del agua (Nestle) por parte de las empresas (ver qué empresas). Pues, tratar de lucrar con el cambio climatico, no es nada nuevo, ya se documentaba este hecho, en un artículo publicado en febrero de 2007: El negocio del cambio climático.

En este primer articulo, se destacaban los aspectos positivos y las nuevas oportunidades de mercado, vínculado al uso de energías limpias: La preocupación de los gobiernos por el cambio climático está modificando también el comportamiento de las empresas, que empiezan a posicionarse en la carrera por liderar las nuevas oportunidades de negocio.

8 años después, en Quién hace caja con el cambio climático: Empresas y fondos apuestan por industrias que se beneficiarán del aumento de las temperaturas. Entre sus apuestas: el agua, el gas natural licuado y las lámparas 'led'.

El problema

El año pasado un satélite de la Nasa registró en la Antártida 92,9º bajo cero. La segunda temperatura más baja de la historia. Incluso en los veranos marcianos, en sus polos, la climatología resulta más benigna. A la vez, el periodo que va de 1983 a 2012 el más cálido en 1.400 años, según las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. En este mundo extremo, en el que la nieve cae como estalactitas y en el que la OCDE advierte de que casi la mitad de la población mundial vivirá en 2030 en condiciones graves de estrés hídrico.

Oportunidades de mercado

El calentamiento global aumenta la posibilidad de padecer alergias, incrementa los déficits nutricionales, multiplica la exposición de la población a catástrofes ambientales y enfrenta a millones de seres humanos al desabastecimiento de agua y alimentos. Por esta razón, se están lanzado diseños innovadores, como barreras contra tormentas marinas, islas y penínsulas artificiales o plantas desalinizadoras. El negocio lo abarca casi todo. Desde energías renovables (solar, eólica, marina) hasta sistemas para manipular el clima (geoingeniería).

La previsible carestía de agua está provocando que cada vez más países e inversores acaparen tierras en África y Latinoamérica para asegurarse reservas acuíferas. La plataforma Land Matrix ya contabiliza 35,64 millones de hectáreas de tierras (casi cuatro veces el tamaño de Portugal) acaparadas en el mundo. Además, como señala el periodista McKenzie Funk, quien acaba de publicar Windfall (The Booming Business of Global Warming), “el deshielo en el Ártico abre paso a la explotación de las petroleras” y a nuevas rutas de navegación y comercio, lo cual, a la vez, podría avivar la tensión geopolítica entre los países de la zona.

Los expertos alertan además sobre los efectos de este fenómeno en la producción global de alimentos. “El cambio climático minará la producción mundial de alimentos, la convertirá en más imprevisible y veremos con mayor frecuencia periodos de escasez. La crisis alimenticia de 2008 es un buen ejemplo. Compañías como Cargil, que controla el negocio del grano, Monsanto [también habría que sumar a Bayer y Basf], primer fabricante de semillas genéticamente modificadas, o Yara, que domina el mercado de los fertilizantes, obtienen ya beneficios récord”, avisa Devlin Kuyek, experto de la ONG Grain. Y advierte: “El control de las multinacionales resulta cada vez más extremo”. Para lo discutible y para lo encomiable. En el sector del automóvil, los coches híbridos impulsados por General Motors, Honda, Ford y, sobre todo, Toyota sitúan a estos fabricantes como otros de los ganadores del calentamiento global.

Monsanto adquirió el año pasado la firma Climate Corporation, que suscribe seguros meteorológicos para granjeros. La idea es vender información a los agricultores que emplean sus semillas modificadas genéticamente. Quien conozca el tiempo (una buena oportunidad de negocio, por cierto, para el operador español de satélites Hispasat) ganará millones. A esa carta también juegan los grandes del seguro como AON, AIG, Zurich, Swiss Re o Lloyd’s.

Y bueno, en el artículo se mencionan más sectores y empresas, para que vean como esta el panorama de lo que nos espera...

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